22 diciembre, 2009

Heroes

héroe.

(Del lat. heros, -ōis, y este del gr. ρως).

1. m. Varón ilustre y famoso por sus hazañas o virtudes.

2. m. Hombre que lleva a cabo una acción heroica.


Me gustan los héroes, ya sé que parece una obviedad, pero a lo que me refiero es que siempre he sentido una fascinación especial por esta figura, ser un héroe, ser recordado por una acción heroica como dice la definición.


Nunca lo he personalizado, no he querido ser como nadie en concreto ni real ni ficticio, he sentido muchas veces una envidia sana de querer haber actuado como ciertas personas que a mi parecer eran héroes, pero distan mucho de hombres fornidos que matan dragones o personas que sobreviven a un naufragio.


Admiro el hecho de que alguien en un momento determinado no sopese las consecuencias de una posible acción, temeridad si fuera un hecho reflexionado, con el fin de hacer un bien o intentar evitar un mal a un tercero. Es un gesto de puro altruismo, de una generosidad tan grande que te hace seguir teniendo fe en el ser humano y se da la situación de preguntarte, siempre que estamos ante un hecho de esta índole, si cada uno de nosotros hubiéramos sido capaces de haberlo hecho nosotros en el supuesto de que hubiéramos sido el protagonista. Lo bueno de esta duda es que nunca podremos saberlo hasta que no nos ocurra, por lo que no nos sentiremos cobardes por ello, si nuestra reflexión diera un resultado negativo.


En la película “Soldados de Salamina” hay una escena en la que Ariadna Gil en el papel de una profesora universitaria y dando una clase de literatura, habla de la figura del héroe. No recuerdo las palabras exactas pero viene a preguntarse lo siguiente: ¿Qué es un héroe?¿Es la persona que normalmente acierta?¿Es el que acierta justo en la ocasión en la cual no cabe el fallar?¿es aquel que aun sin acertar lo intenta? Solemos tender a denominar con esta palabra a la persona que una vez en un momento determinado realiza una acción fuera de la normalidad. Es el pensamiento que se nos viene a la cabeza.


Con el tiempo me he dado cuenta que existen otros héroes, que no salen en los periódicos, que no son recordados por los libros de historia, que ni siquiera realiza actos extraordinarios o actos que cualquiera otro no pudiera hacer. Los podríamos denominar héroes del día a día o héroes anónimos.

Y me gustan por dos motivos principalmente, el primero porque no realizan un acto heroico en un momento determinado si no muchos actos habituales y mundanos pero muchas veces, con un esfuerzo que otros no llevarían a cabo o que supone un sacrificio personal por el bien de otras personas, es decir, una ausencia casi de egoísmo personal. El segundo motivo es que, bajo este criterio, cualquiera de nosotros podemos ser uno de esos héroes, que está al alcance de nuestra mano, que no necesitamos ser el Cid campeador, para sentirnos como uno de ellos.


El problema es que con la percepción literaria o cinematográfica del héroe no somos conscientes de estos habituales gestos de heroicidad, pondré unos ejemplos.


¿No deberíamos considerar un héroe a un padre de familia que durante 30 años lleve levantándose a las 6 de la mañana y currando 10 horas diarias, para llevar un sueldo pequeño a casa y que a base de renuncias en su vida ha dado comida, educación, ropa, etc a sus dos hijos y a su mujer? Una persona que con 18 años no pudo seguir estudiando, aun con la capacidad de hacerlo, porque había que colaborar en casa, porque con 21 se casó con la mujer de su vida y no podían ni ir al cine porque su sueño era dormir todas las noches juntos y eso suponía gastar todo su dinero en comprar esa casa de un barrio pobre, comer y rezar por llegar a fin de mes. Que cuando empezaban a respirar vino el primer hijo y esas vacaciones soñadas o la posibilidad de cenar algún día fuera de casa se difuminaron. Y que cuando sus hijos fueron suficientemente mayores él ya estaba encasillado en ese trabajo en la fábrica y simplemente espera la jubilación para poder arrepentirse de una vida que no ha tenido. Y con él su mujer, que se ha dedicado su vida a cuidar de un hogar, que nunca han hecho viajes a Italia ni a Londres, que no han tenido la tele último modelo, ni dvd, que no han ido a un spa, ni han podido pasar un fin de semana romántico en un hotelito con encanto. Joder si no son héroes.


¿No es un héroe un homosexual que haya estado durante muchos años, no ahora, si no cuando ser homosexual podía ser hasta motivo de cárcel, tapando lo que era, viviendo como un furtivo, negándose a si mismo, jodido por no poder decir ni sentir lo que para el era?


¿No es un héroe ese señor que dedica las tardes de su vida a ir de bar en bar, buscando las sobras de comida para llevarlas a un parque donde se reúnen en torno a él 27 gatos y ser fiel a ese compromiso moral todos los días, o el que sus horas de ocio las pasa llevando un café caliente o algo de comida a algún indigente de la zona de su portal?


¿No es un héroe esa persona que va a visitar todos los días de su vida a un familiar que está en coma desde hace 2 años en un hospital y que ha dejado de hacer mil cosas por no fallar jamás?


¿No es un héroe esa persona que con un trabajo estable y bien remunerado, lo deja por cuidar a su madre enferma de Alzheimer, que requiere una persona 24 horas a su lado?


¿No es un héroe aquel enamorado que tiene a su Julieta en una ciudad a 7 horas de viaje y que todos los fines de semana sin excepción, gasta la mitad de su único tiempo libre de la semana en desplazarse por el hecho de estar junto a la persona que quiere?


¿No son unos héroes esos padres que, sabiendo que la ecografía de su hijo ha dado como resultado que viene con síndrome de down, tiran para delante aún pudiendo abortar?


Y así muchos otros ejemplos, que seguro os vienen a la cabeza y mucho mejores que estos que yo he puesto.


Para mí son gente, cuando menos para admirar porque, como he dicho, realizan actos que cualquiera podríamos hacer, pero que no sabremos hasta que nos toque si seremos capaces de ellos. Nos gustaría pensar que si pero no tenemos la certeza y por eso creo que deberían de tener el apelativo de seres heroicos.


Nos están haciendo vagos y nos dejamos, en este mundo actual en el que todo es de mentira y todo se hace de cara a la galería, que nos dicen que hay que hacer para triunfar y que la tele, las revistas, los anuncios nos dicen como es el éxito. Que al que se sale de los cauces se le tacha de raro o loco. En esta sociedad se está dejando de un lado el sufrimiento y la renuncia. No como algo doloroso o físico si no como forma de mejorar la felicidad, de vencer el egoísmo radical y la comodidad. Porque todos sabemos que lo que cuesta es mejor, pero preferimos lo cómodo menos pleno, si algo está claro en esta vida es que no hay nada idílico y si vivimos como tal nos estamos engañando, estaremos viviendo una farsa. Hay que luchar porque lo sea pero no lo es y cuando surjan problemas habrá que enfrentarse no rendirse, cuando algo que queramos conseguir nos cueste una renuncia de esta ficticia calidad de vida, habrá que renunciar.


No hay que sufrir por sufrir, pero hacerlo para que alguien salga beneficiado, para que alguien sea más feliz, para conseguir a la persona amada, para el trabajo de tus sueños, para lo que cada uno quiera conseguir, ese sufrimiento se convierte en una sensación casi placentera.


Me gustan los héroes y me he rodeado de ellos, tengo amigos que se han ido lejos a trabajar a buscar una vida que les haga felices, no a esperarla, tengo amigos que han ido a cargar quesos a Londres para estar con la persona que quería, tengo amigos que no salían de fiesta porque en su casa no había dinero para darle y no ha recurrido a recursos fáciles para conseguirlo, tengo amigos que se han ido a Colombia y a Nepal a cuidar de gente que lo necesitaba, tengo amigos que han cuidado a un familiar privándose de mil momentos…


Pero sobre todo he conocido a dos héroes que han renunciado a muchas cosas de su vida por la felicidad de sus dos hijos, que han hecho esfuerzos para que sus dos hijos fueran universitarios porque ellos no tuvieron la oportunidad, que les han dejado tomar sus decisiones siempre aconsejando pero nunca obligando, que han hecho mil pequeñas cosas que sobra decir aquí, pero que sobre todo han sacrificado parte de su vida y su felicidad por el bien y por la felicidad de otras personas, en este caso sus hijos. Cada uno estaréis pensando en los vuestros, pero para mí estos dos héroes son mis padres. Y no saldrán en los libros de historia, ni se hará la película de sus vidas y no pondrán su nombre en una placa de una calle pero para mí siempre serán mis héroes.


Gracias Papá y Mama por todo.


Hay una canción que viene al hilo de lo dicho, es una de mis canciones favoritas de siempre, es la que ponía hace años cuando en uno de esos test maravillosos que todos hemos hecho, se me preguntaba por mi canción favorita. Se titula, obviamente, Hero. Es de Mariah Carey cantante que antes de volverse gilipollas y ponerse tetas era santo de mi devoción porque tiene una de las voces más espectaculares que se pueden oír. Os pongo una versión un pelín especial con un duelo de voces precioso.

También dejo una versión que se hizo de esta canción en castellano.







2 comentarios:

Anónimo dijo...

Diosss, ¡qué miedo! ya creí que ibas a meter la de Enriquito Iglesias.. En la búsqueda de ser y encontrar héroes anónimos está el camino. Buen tema para tratar, me gusta.
En esta sociedad nuestra de los últimos años, que tanto vuelve a distanciarse de nuestros triunfantes vecinos de ojos claros (por desgracia), también son héroes los que vuelcan sus pensamientos sin saber quién puede leerlos, juzgarlos, malinterpretarlos, y no le importa. Quien da a cortar la baraja y sirve la primera mano.
Un saludo con la jabalina en mano.
Isidro.

Anónimo dijo...

Por cierto, eso de la jabalina ha sonado un poco mal...
He recordado que hace 3 semanas revisualicé la peli "Gladiator" en V.o., y la ví con diferentes ojos que antes. Encontré una cierta profundidad en el personaje que nunca había visto así; Al protagonista le hacen "la pinza" cuando estaba en un momento de "lo petaslo petaslopetas" (ahora me estoy descojonando vivo), y dentro de su ya eterna amargura vital el tío saca a relucir, sin quererlo, el talento y la valentía demostrando que era merecedor de aquel status.
Y en el fondo, con el único deseo de acabar muriendo dignamente.
Bueno, no es más que una película comercial, pero algunas veces despiertan sentimientos nobles.
No te pongas tan sentimental, que los comentarios acaban derivando estas homilías.
Saludos! Isidro