03 febrero, 2008

...otra vez...

Me asomo de nuevo a este rinconcito, abandonado, con telarañas por las esquinas y olor a cerrado. Me asomo con miedo, con vergüenza, por no haber sabido atenderlo, por no dar lectura a amigos y conocidos, me asomo como cuando un niño observa a través de una rendija, con miedo de lo desconocido y con la sensación de que no está haciendo algo bien, con sigilo y con esperanzas de que no le descubran.
De hecho no anunciaré este regreso, primero porque no puedo prometer una frecuencia que colme las necesidades de la gente y segundo porque así será algo mas placentero el reencuentro con estas letras de los románticos que aún tecleen alguna vez esta dirección.
Si no lo lee nadie, no pasará nada, me servirá de catarsis, necesito escribir y contarlo y este es el sitio en el que, aunque ya hace mucho tiempo, mas a gusto y mas cómodo me siento, como en un sofa con una manta de cuadros en un día de lluvia y aire, como en los brazos de un ser querido, como cuando ella te mira con mirada pícara...
El último artículo data de mi época mallorquina, ha cambiado mucho el cuadro desde entonces, ahora vago por la ciudad de Pamplona, mucho más acogedora y cálida, quizá porque llega el calor del hogar y de las amistades a unas horas de coche y no con un mar de distancia. Qúizá porque ahora no soy el niño de 25 años cagado que salió de Castilla, ahora soy el niño cagado de miedo de 26(casi 27) pero con más bagaje, con más empaque, con más paciencia, no se difícil de describir las sensaciones, se parece mucho a lo que llamaríamos madurar, no obstante no me siento maduro, ni me siento ni quiero serlo, ya llegará la hora, quiero seguir descubriendo infinitas cosas con ilusiones estúpidas y pequeñas.
Llevaba tiempo necesitando una chispa que encendiera estas ganas de escribir que tenía, y la he tenido esta mañana al escuchar la radio, han puesto un diálogo de una película que está teniendo unas muy buenas críticas y que ha ganado diferentes premios: Expiación. El diálogo era de una mujer mayor que se vanagloriaba de haber llegado a esa edad, porque cada una de sus arrugas eran la marca de que había vivido, que había bebido, había amado, había hecho el amor muchísimas veces, que la edad que tenía indicaba que había visto muchos atardeceres y muchos amanceres, y así una serie de lindezas, exaltando lo bonito de haber vivido mucho, miles de experiencias y no lamentando su edad o sus oportunidades perdidas o sus decisiones erradas.
Me ha provocado unas ganas enormes de ver esta película y me ha hecho sentirme muy feliz, porque a pesar de mi breve edad, he de decir, que he visto muchos amaneceres, que he tenido muchos momentos felices, que miro atrás y aun no habiendo mucho camino recorrido, me gusta lo que veo, lo que conservo y lo que dejé atrás, que he tenido decisiones fallidas y habré dejado pasar oportunidades, pero que si soy consciente de ello, es porque estoy aquí y porque he tomado otras y porque he decidido yo, con lo malo y lo bueno que ello conlleva.
Me gusta saber que mi vida, es a grandes rasgos y mucho más de lo que pensaba, como yo he querido y quiero que sea, que soy la persona que me gustaría ser y que tengo la gente y la familia que hubiera soñado. Que más puedo pedir para 26 años, pues sí, lo que todos buscamos quizá, una persona que sublime todo esto que ahora ya es más que pleno, pero bueno como todo en esta vida la paciencia será una buena aliada.
Hay un ser cerca que cada día consigue convencerme de que puede ser una buena persona para sublimar esto que he dicho y puede que muy pronto deba de intentar que se convierta en ella. La he encontrao en Pamplona, como decía el verso, no se como ni se con que pretexto. Como todas las historias de amor, comienzan sin buscarse, se encuentran, y al principio no te llama la atención pero cada día te saca una nueva sonrisa, y cada noche se convierte en más larga sin ella, y aunque he podido tapar su ausencia con otras caras y otros cuerpos, es su cara la que veo y su cuerpo el que anhelo, así que haber si mi próximo cumpleaños me trae su presencia y me acercan sus labios...ojalá
Tengo más cosas que contar, pero para el reencuentro con este rinconcito me parece suficiente por hoy, pronto me asomaré de nuevo a seguir contando más cosas.
Gracias a los que leais esto porque vuestra abnegación no tíene precio, gracias de veras.