28 noviembre, 2009

Fijarse en cosas de niña pequeña

Dos cosillas rápidas, hay un ANGELIto que me ayuda con esto de la edición del blog, que uno de html sabe entre cero y nada, en lo que arreglo y adecento el tema, recomiendo que para leer los artículos en vez de leerlo en la página principal que aparece feo y sin separaciones de párrafos, etc. pincheis en el título de cada artículo que os lleva al artículo el solito y allí se lee mejor.
Y segundo, he añadido una forma un poco sosilla de evaluar las entradas, que aparece al final de cada artículo, me gustaría que puntuarais, por favor , el ego lo tengo ya muy grande así que sed sinceros, que la amistad que me une con vosotros no ciegue vuestro gusto. Se echan en falta mas comentarios, animaros.


Hace no mucho hablaba con una buena amiga, de esas que ya no se desean, ni se pueden amar, de esas que sólo quieres, mucho, eso sí, pero que trasciende al primario hecho de ser un hombre y una mujer en edad fértil,(tengo pendiente la idea de la diferencia entre desear, querer y amar, espero un día poder explicarla desde mi punto de vista), como decía charlábamos sobre el bien, el mal y el sexo de los ángeles y de que ahora vive en Valencia pero que anhela la estepa castellana, tranquila, pronto cambiarás el mediterráneo por el duro invierno castellano, ten paciencia. Comentábamos lo falsas que son las palabras, lo acostumbrados que estamos a ellas, a creérnoslas, a no poder en duda aquello que nos dicen, a que nos fiamos, sobre todo si aquello que escuchamos es precisamente lo que queremos escuchar.

Nos fiamos de los dos sentidos más torpes que tenemos, el oído y la vista, fijaros si no que un montón de gente lleva gafas o lleva audífono, pero no creo que conozcamos mucha gente que lleve algo en la nariz para oler mejor o en las manos para sentir más, ni en la lengua para degustar mejor. La naturaleza es sabia y cuando un niño pequeño tiene que aprender que es el mundo, descubrir las cosas, conocer, lo que hace es tocarlas, toca todo, es más tienen la sana tendencia de degustarlas, las tocan y las prueban, sean la teta de su madre o las llaves de un familiar o el juguete que le acabas de dar. Sin embargo los “mayores” compramos las cosas por lo que vemos en anuncios o te acuestas con alguien por el volumen de su pecho o por las tonterías que es capaz de decir en un bar. Hasta los perros, seres aparentemente inferiores al hombre, antes de fiarse de algo o alguien lo huelen o lo muerden, no lo miran o lo escuchan.

Las palabras se banalizan, pierden importancia, significado, en estos tiempos de tuentis y facebooks, de correos y mensajes de texto, estamos hartos de leer, palabras como “besos”, “te quiero”, “que tal?”... Yo no recuerdo que cuando teníamos el teléfono fijo ese de ruleta que marcar un número era un ejercicio físico en sí mismo, acabar ninguna conversación con la palabra besos. Y con lo bonito que es un beso, de esos largos, lentos, de enfrentar interminables segundos los labios apenas rozándose y juntar los labios levemente, como pidiendo perdón o incluso de esos lascivos con la lengua jugando en la boca de la otra persona o los que me daba mi abuela que me dejaba hasta moratón de la fuerza con la que me los daba, con lo bonito que es un beso, que insignificante queda cuando está en este contexto: “hmos palmao de 12 kdamos en la plaza a las 11 yo llevo el ron no se te olviden los hielos besos”, casi, casi, igual.

Para romper el hielo en el Messenger solemos usar un qué tal?, el que escribe el que más lo usa dicho sea de paso, que tal qué? qué tal el Madrid-barsa? qué tal la almorrana? qué tal están las plantas del balcón?.

Pero el premio gordo se lo lleva el “te quiero”. Este año que he recuperado la sana costumbre de hacer campamentos en los cuales hay ingentes cantidades de niños y adolescentes, me he visto avocado a poblar mi tuenti de ellos. Veo con curiosidad, como en la comunicación entre la gente de su edad, el mensaje en la inmensa mayoría de las veces acaba con un te quiero. Y yo pienso, que pena no haber nacido 10 años después, me iban a querer más que a un oso amoroso. Pero bueno, son chavales o aunque sean ya jóvenes han crecido con esa costumbre y todos somos víctimas de nuestro tiempo, no me parece mal, siempre será mejor acabar con un te quiero que acabarlo con un hasta luego Lucas, por ejemplo.

Pero fuera de esto último, que en un ejercicio de autocrítica diré que era demagógico a todas luces, pero que me permito porque para eso escribo yo, solemos tener como el culmen de una relación amorosa el decir estas dos palabras. Está claro que a todos nos encanta que nuestra pareja nos diga, te quiero, incluso un amigo que te diga te quiero, que no solemos decirlo porque queda socialmente como fuera de contexto, pero que deberíamos decirlo más a menudo, entre otras cosas porque, salvo promiscuos y ninfómanas, solemos tener más amigos que parejas. Incluso a veces ni siquiera esperamos a que nos lo digan, si no que preguntamos ¿me quieres?, vaya pregunta, salvo cuando queremos cortar con alguna pareja y nos hacemos los dignos y a esa respuesta decimos NO, para quitarnos responsabilidad y pena de encima, es decir, salvo cuando la usamos como auto defensa o protección, ¿quién tiene el arrojo suficiente para responder que no a esa pregunta?, ¿Quién pregunta eso sin querer que le respondan que si? Creo que deberíamos pensar que implica el querer, creo que sinceramente confundimos el querer por culpa de la riqueza de significados de la palabra, ya que se puede querer ir al baño, querer solomillo de segundo plato, o se puede querer a una persona y creo que es obvio que no es comparable una cosa con otra. Te quiero implica muchas otras cosas.

No es el objeto de esta reflexión analizar el mal uso de un verbo, si no la excesiva importancia que damos a las palabras. Nos gusta que nos digan te quiero, pero el querer no se dice, se hace sentir, ¿es más importante decirte que te quiero cada vez que hablamos o hacerte sentir querido todos los minutos de una vida?. Es muy fácil mentir, es muy fácil decir si, te quiero, pero es muy difícil querer, las palabras pueden mentir, sin darnos cuenta, las palabras se pueden corregir diciendo que no querías decir exactamente eso, que lo has malinterpretado, los hechos son más difíciles de fingir, esos perduran, los ves, los tocas, los sientes, los disfrutas, las palabras, como decía Bécquer, son aire y van al aire.

Ya para acabar con esta palabra tan bonita, diré que es fácil hablar, hablar bien NO, que es fácil follar, follar bien NO, que es fácil querer, querer bien NO.

Pondré un ejemplo bastante gráfico. Un maltratador seguro que alguna vez o incluso mil veces habrá dicho a su víctima que la quiere, el que quiere a su pareja jamás la maltratará.

Fuera de ser una cruzada en contra del lenguaje, de las palabras, de lo dicho o lo escrito, es una apología a los hechos, que los estamos dejando de lado, que no los exigimos y deberíamos. Las palabras son bonitas y son necesarias, sobre todo las que hacen reír, las que hacen llorar, las que se dicen para animar, las que se usan para hacer bien o simplemente las que son bonitas o las que se usan bien.

Pero como dije en el artículo anterior, las palabras llegan hasta donde llegan, ¿Cómo puedes describir un orgasmo?¿cómo puedes describir un reencuentro con una persona que hace 4 años que no ves?¿cómo puedes describir lo que se siente cuando tienes a un ser querido llorando en tu hombro?, no se puede poner en palabras, las palabras llegan hasta donde los sentimientos empiezan y los sentimientos se viven, se disfrutan, se paladean. Por eso hay que tener orgasmos y hay que juntarse con la gente que no ves y hay que llorar en el hombro de los seres queridos.

Nos hacemos vagos, vivimos poco, nos vale con que nos lo cuenten, con verlo por la tele, preferimos hablar que no estar, preferimos renunciar que arriesgar, nos obligamos a ser cobardes.

Me he dedicado últimamente a intentar vivir, a llevar a cabo aquello que antes pensaba en hacer, a pensar menos y actuar más. Sigo teniendo mis miedos, mis estúpidos prejuicios y me sigo dejando llevar por el qué pensarán, sigo evaluando aún demasiado las consecuencias, me sigo frenando. Pero bueno, creo que poco a poco voy mejorando y espero cada vez ser mejor en esto, porque sinceramente, es más importante de lo que creemos, igual es lo más importante, porque salvo algún creyente en reencarnaciones, esta vida es la que tenemos, una y solo una y esta es la única que podemos vivir. Es mejor vivir errando o equivocado o que saber lo que sería bueno hacer o vivir.

Se puede decir mil y una veces, nos tenemos que juntar o a ver cuando te voy a visitar, no lo hagas, coge el coche, coge un tren, no duermas una noche, abúrrete para llegar pero vete allí donde esté la persona que quieres ver, preséntate allí y estate con ella. Descuádrale todos los planes que tenga, pasa un ahora con ella, una tarde, una semana, no digas voy a ir, hazlo.

Se puede decir mañana me apunto al gimnasio o a sevillanas o a ganchillo por correo, se lo puedes decir a tus amigos, puedes decir me gustaría hacer esto o lo otro, no lo digas, abre la puerta de tu casa, ve, coge los horarios y mañana vuelve a salir por la misma puerta para ir a hacer aquello que quieres hacer, no digas quiero hacer, hazlo.

Se puede decir, que inteligente me pareces, que guapa estás en esa foto, se puede visitar a alguien, quedar para tomar cafés, ir al cine, salir de fiesta, pero si de verdad lo que quieres es besar a esa persona, bésala o dile que te encantaría besarla, no esperes una señal del cielo o de ella, no esperes que a la 15 vez que salgas con ella medio borrachos los dos la metas el morro, hazlo a las 5 de la tarde de un martes, no pienses en no hacerlo porque la quieres conservar como amiga o porque creas que pueda ocurrir tal o cual cosa, dila:”quiero besarte” o “quiero dormir contigo”, deja de volver todos los días de tu vida pensando en que si esta vez se ha sentado al lado es que puede que haya sido el momento, que se tocaba el pelo cuando hablaba contigo y has leído que en el lenguaje corporal eso significa que le gustas, deja de pedir perdón por vivir, por sentir, deja de insinuar, deja de usar palabras que envuelven lo que quieren decir, deja de pensar que si la besas que vas a ser después. Deja de pensar y de creer, hazlo.

Se puede decir que como vas a estar con esta persona que no te pega, que no es como tú, que es que es muy mayor para mi, que es muy joven para mi, que es muy maja y que me hace sentir bien pero es que no es muy guapa, que como voy a perdonarla que me sea infiel, que siempre acabo discutiendo con ella, que me ha hecho mucho daño, que siempre es lo mismo, si es la persona que crees que tiene que estar a tu lado, no des explicaciones, si lo que quieres por encima de lo pasado es estar con ella, estate, no te avergüences, si la quieres aunque no debieras, no lo dudes, hazlo.

Se puede pensar que es él o ella la persona con la que compartir una vida, la que merezca la pena, no valores que tienes una casa preciosa o un trabajo excelente o que te has hecho a la vida de la ciudad, si es la persona, si crees que es la persona, vete y síguela. Deja tu trabajo, tu casa, tu ciudad, tu país, vete, renuncia, sacrifícate, si crees que es él, no lo piensas, hazlo.

Se puede pensar, que has hecho una carrera para trabajar de esto o de lo otro, que llevo 3 años trabajando de ello y me van a ascender, que aquí cobro 1.200 €, que como voy a decir que trabajo cuidando girasoles en invernaderos o que prefiero levantarme a las 4:30 que trabajar de 8 a 15, haz el trabajo que quieres hacer, cobra menos, trabaja más, ten un curro que no sea el que tus padres habrían querido para ti, que no se va en traje o que te ensucias las manos, no lo pienses, hazlo.

Hay algo que si se puede decir, si lo sientes, di te quiero, acompáñalo de actos, quiere, déjate querer, siente, toca, mete mano, vive…

Una vida para hacer cosas, solo una, no tengamos miedo al no, a sufrir, a no hacer lo correcto, a fallar. Hay que fallar, muchas veces, las que hagan faltas, de los más grandes fallos salen los más maravillosos aciertos.

Equivocaros, arriesgad, merece la pena intentarlo. Tenemos amigos que se reirán de aquel día que te pegaron un torta por intentar besar a una chica, tenemos amigos que tomarán un café mientras le cuentas que lo intestaste pero que dijo que no, tenemos amigos que te dejarán su hombro cuando algo te salga mal, tendrás amigos que te dirán que les da igual en que trabajes o cuanto ganas que no están contigo por nada ni semejante a eso, tenemos amigos que sentirán envidia sana de ver que dejaste una vida perfecta para estar con la persona que quieres, tenemos amigos que se alegrarán de que tengas una persona que te hace feliz, tenemos amigos que te echan de menos aunque no los vayas a ver, tenemos amigos que prefieren que lo intentes a que no lo vivas.

Seamos como niños pequeños, que todo nos sorprenda como si fuera la primera vez, que cuando te hagan una carantoña devolvamos una sonrisa, que toquemos todos, que durmamos abrazados a una teta, que probemos, que no tengamos miedo. Que cuando te miren vean que eres feliz, porque cuando te ven feliz haces feliz al resto, como un niño pequeño…





23 noviembre, 2009

Sabina como pretexto

Este blog no promete ni prometió nunca una frecuencia diaria ni semanal, no pretendía ser un diario, no quiere contar que hago o dejo de hacer, si no que es un escupidero de pensamientos en voz alta, es un medio de contar a la gente que quiera escuchar, que vemos el mundo parecido, que todos pensamos, que todos deseamos, que todos sentimos y que todos nos equivocamos. Esto y mucho más, pero este fin de semana ha sido maravilloso y creo que merece ser comentado, no sirva de precedente, el que quiera saber mi día a día, ya sabe donde estoy, que venga y pregunte, será bien recibido, será bien cuidado y será parte de él.

Empezó un viernes, apertura de gira de Joaquín Sabina, podría dedicar tantas horas a este jodido mito viviente, que quedaría aburrido, pero resaltaré una virtud igual desconocida por muchos, pero que para mí se ha confirmado y es que es un gran pretexto. Es una excusa para estar horas y horas cantando sus canciones en una casa de un pueblo de Valladolid llena de amigos hace años, a gritos, a berridos incluso, viendo como David B. subido a una silla y el resto de imitadores cantaban hasta que la voz se apague. Es un pretexto para juntar hace años en uno de sus conciertos a unos pocos amigos y esta vez a otros pocos y compartir momentos inolvidables. Es un pretexto para ver a tu madre y a tu hermana disfrutando de su felicidad por ver a su cantante preferido. Fueron 3 horas de concierto, parecieron 10 minutos, pero disfruté como si hubieran sido días enteros, porque no vi el concierto de mi artista preferido, no canté todas y cada una de las letras, no salté, no lloré, no me olvidé del resto del mundo, no, no es eso, no es que hiciera todo eso, es que lo hice en compañía de gente especial y con la presencia de mi familia, es que los momentos más importantes de nuestra vida, no son aquellos en los que cumples sueños y metas que te gustaría hacer o conseguir, si no cuando los cumples con la gente que quieres o cuando estás presentes en los suyos. PORQUE LA FELICIDAD INDIVIDUAL NO MERECE LA PENA, es la compartida la que te llevas para siempre, por eso el 20 de noviembre de 2009 lo recordaré, no tengo ninguna duda.

Lo he intentado, pero sé que no lo he conseguido, no se puede poner en palabras las sensaciones y sentimientos que afloraron a lo largo de ese concierto, lo siento, las palabras llegan hasta donde llegan.

Ha habido dos noches largas, diferentes, casi antagónicas, en una éramos 3 amigos en la otra 11 personas entre amigos y conocidos, de tiempo atrás y de reciente conocimiento. Fueron muy diferentes pero con su encanto particular, no cambio ninguna, pero una fue especial, cuando 3 viejos amigos vuelven a tener 18 años y beben tequilas a las 6 de la mañana y son abofeteados por señoritas y desayunan chorizo y hacen eses para llegar a su portal, cuando no bailan si no que flotan, cuando los echan de todos los bares, cuando no hablan si no que filosofan, cuando disfrutan y cuando son felices, cuando ocurre todo eso, las noches se convierten en especiales y esa la fue. Será recordada, pero quedará entre caballeros.

La otra empezó con anécdotas de primeras menstruaciones y acabó cantando a Rocío Jurado, durmiendo de dos en dos y en sofás y desayunando todos en pijama, una noche rara, bonita, curiosa, mereció la pena, la noche y la gente que conocí. Se nos escapó una gaditana, que ha descubierto que los castellanos somos buena gente pero algo secos, prometo compensarla algún día, no se nos volverá a escapar.

Entre medias un reencuentro, un partido de baloncesto como excusa y un gran amigo, un viejo amigo, de esos que se hacen con 15 años y quedas inexorablemente unido a él toda una vida, que no has compartido grandes momentos, que no lo has visto casi nada desde entonces, pero que trasciende de todas esas cosas, de los que das abrazos de los que se sienten, de los que se necesitan. Ahora que nuestras vidas han transcurrido por caminos diferentes, lo ves y parece que nos hubiéramos visto todos los días, que habláramos casi siempre y no ha sido así, pero no hace falta explicaciones, no hace falta nada, que sensación tan especial. Antonio gracias por volver a aparecer.

Algún día contaré como fue el último día que jugué mi último partido de baloncesto, no lo he hecho nunca, ya no lo que pasó si no lo que no se cuenta. En ese partido mi rival fue el, fue mi amigo, aún recuerdo el abrazo cuando acabó ese partido, esas cosas no se olvidan, quizá fue ese momento el que nos unió de una forma que trasciende los formalismos de las amistades. El día que cerré 18 años de mi vida en un pueblo perdido del norte de León, fue el el que estuvo allí, por eso cuando lo he vuelto a abrazar después de años, ha sido otro momento de esos que no se olvidan.

Ha habido más, he recibido mensajes de móvil, otro de correo y alguna llamada de seres muy queridos, que espero ver pronto, porque los echo de menos más de lo que se lo demuestro a veces. Señor del bourbon déjate caer por aquí, queremos que vengas.

Para cerrar esta locura de sensaciones, que creo aún no he asimilado del todo, una amiga me ha escrito porque me necesitaba según ella y la he escuchado, que era lo que realmente necesitaba, lo comentado no trascenderá por razones obvias, la persona que quiere está muy lejos, a 4000 km, que diferente a cuando éramos chavales y lejos era que estuviera en el otro lado de la ciudad. Sabe lo que quiere y sabe lo que tiene que hacer, pero como todos tiene miedo. No se dan consejos en estos casos, porque no valen, solo repetirla que hay una vida para hacer las cosas que quieres y una vida para arrepentirse de las que no hicimos, con un pequeño problema y es que hay que elegir una de las dos, cada uno que viva aquella que crea que es la buena.

Ya acabo, sólo queda el momento de las disculpas y los agradecimientos. Pido disculpas, porque a la gente que sacrifica 10 minutillos de su tiempo para leer de vez en cuando lo que pongo aquí les suele gustar lo que pongo o les interesan los temas que comento. Hoy he hablado de mí, de cosas que la mayoría desconoce o que quizá no aporten nada para ellos, pero que necesitaba contar, que necesitaba compartir, que necesitaba escribir para ver que ha sido verdad, para algún día recordarlo, porque ha habido muy poquita gente de las especiales de toda una vida, empezando por la que me dio a luz, que de una u otra forma no haya estado presente este finde, que estoy desbordado, que este fin de semana casi justifica un año sabático, que ya no sé qué decir.

No voy a dar las gracias, porque estas cosas no se agradecen se disfrutan y yo lo he disfrutado tanto que me cuesta creérmelo. PORQUE LA FELICIDAD INDIVIDUAL NO MERECE LA PENA, de verdad que no y a los que se han escapado este fin de semana porque no estábamos en la misma ciudad y a los que si lo estaban pero tampoco ha podido ser, que estén atentos, que el invierno es muy largo y no se volverán a escapar.

Sería fácil poner una canción de Sabina, pero lo dejaremos para otra ocasión, lo hemos utilizado de pretexto y ha quedado bien.

No me sale que poner...escuchadla hasta el final








19 noviembre, 2009

La calma que precede a la tempestad

Hoy calma, mañana Joaquín Sabina, Salamanca no duermas que veremos amanecer

16 noviembre, 2009

If there is a dream, there is a way

Ya es otoño y he de decir que siento una extraña predilección por esta estación del año, más allá de lo puro paisajístico que nos regala combinaciones preciosas de colores, hojas por el suelo, primeras prendas de abrigo, lluvias y días grisáceos y mil regalos más, que los sentidos se encargan de remarcarnos casi todos los días.

Las mantas dejan de ser un adorno o un bulto de armario y pasan a ser unas acompañantes necesarias en un sofá, que los cafés los queremos con humito de caliente y que los helados son caprichos y no necesidad, que las terrazas suenan al año pasado y que las mini faldas vienen acompañadas de una media y no de una hermosa piel de mujer al aire.

Los paseos se acortan y son necesarias las pausas periódicas en una cafetería, los abuelos se trasladan de las plazas de barrio a las obras, la noche le gana la partida al día y nos roba el sol demasiado pronto y los dulces vuelven a la dieta hasta la siguiente operación bikini.

Me gusta el otoño, pero me gusta sobremanera por dos motivos muy concretos, el primero es puramente físico y es que se recupera esa indescriptible e incomparable sensación que se produce cuando te decides a abordar la cama y durante unos cuantos segundos que a veces parecen minutos y a veces parece un momento que no tiene fin, tu calor corporal lucha por vencer el frío de esas sábanas que parecen sacadas de un congelador. Estremeces el cuerpo y te acurrucas, agitas incontroladamente las piernas buscando que la cama adquiera la temperatura a la cual un humano puede conciliar el sueño. Es un momento de angustia física y de, sin embargo, un placer difícil de explicar o describir, que para mí, es único.

Los pies muchos días no adquieren ese calor que el cuerpo ha conseguido después de esos momentos de aclimatación al medio, para eso hay un truco, que creo todos conocemos, pero que no siempre podemos aplicar. Consiste en tener a una persona al lado que se introduzca a la vez en la cama y que en los movimientos conjuntos que realizáis los dos, cual equipo de natación sincronizada, coincidan los dos pares de pies por casualidad buscada y empiecen a tontear como si tuvieran vida propia, entonces el frio desaparece. Como decía nuestro ilustre poeta Lope de Vega en referencia al amor, pero refiriéndonos en este caso que nos ocupa: “Quien lo probó, lo sabe”.

La segunda característica inherente al otoño y que me gusta de forma especial es la melancolía. Que ibais a esperar de alguien que ha crecido con Joaquín Sabina y que Ismael Serrano ha ocupado largas horas de su vida. Pues si melancólico. Esta época solemos usarla para realizar balances, para ponernos al día, para revisar nuestros logros y nuestros fracasos, para tachar que sueños o anhelos hemos cumplidos y cuales nos quedan de nuevo por delante otra vez más, quizá sea herencia de nuestra etapa escolar y nuestra mente comienza los años a la par que el curso escolar, por eso en esta época nos evaluamos a ver si el curso pasado ahora visto en perspectiva ha sido bueno y como encaramos el que empieza, nos hacemos promesas, nos apuntamos a todas esas cosas que tenemos pendientes más aún que en la famosa cuesta de enero.

Nuestras autoevaluaciones suelen ser duras, porque son nuestras, porque nos examinamos a nosotros, a los únicos que no podemos mentir, ante los únicos que no podemos fingir, porque si ves fracaso, el culpable no es el Alcorcón, somos nosotros mismos, porque a veces ver lo que somos, en lo que nos hemos convertido nos da miedo o no nos gusta.

Y ahí surge la tristeza, sentimiento normalmente relacionado con la melancolía, de hecho lo llamamos melancolía porque es más fácil decir al de al lado cuando te pregunta ¿qué tal estás?: “Estoy melancólico” que “Estoy triste”, que difícil lo hacemos, es mucho más sencillo ayudar al triste que al melancólico, pero lo decimos, para que el partenaire sepa que estás triste pero que no quieres que te insista ni anime, que el otoño pasará y ya está.

Todos los que me conocéis, incluso los que no me conocen sabrán de mi habilidad abrumadora de hablar durante cantidades inmedibles de tiempo, muchas veces sin decir nada, habilidad, por cierto, que ya a estas alturas pensaba me habría colocado en un cargo político a la altura de mi verborrea insustancial. Como negarnos a estas alturas de la peli es de estúpidos, seguiré siendo ese tipo majete que no calla, pero estoy intentando compaginarlo, en la medida de lo posible, con otra contingencia que he descubierto se puede dar en una conversación entre dos o más personas y es la de escuchar.

Porque yo que tengo bastante olvidados mis estudios de Lengua de EGB, no recordaba habitualmente que para que se de una comunicación, se requiere un emisor y un receptor, en un lenguaje asequible hasta para Belén Esteban diríamos, uno que habla y otro que escucha. Y se descubren cosas muy interesantes, como que la gente cuando la escuchas habla, yo como me dedicaba a hablar, pensaba que la falta de participación de las otras personas se daba a que lo hacía tan bien que se dedicaban a admirarme, pero craso error por mi parte, no hablaban porque me estaban escuchando a mí.(gracias por soportarme todo este tiempo). Pues lo que decía que la gente cuando la escuchas hablas y cuando la escuchas mucho habla más y así hasta que se acaba la crema de orujo o hasta que el café se queda frío o hasta que el Josele casi se cierra.

Descubres que todos suspendemos alguna en este examen otoñal, que a todos nos gustaría mejorar en alguna asignatura y que también hay alguno que te enseña el sobresaliente que ha sacado este año en una de sus asignaturas duras.

Y escuchando me he enterado de muchas cosas:

· Que hay gente que no quiere vivir donde está viviendo, que quiere volver pero que ahora no puede y que ve lejísimos el momento y cada día se le hace largo.

· Que hay gente que tiene dudas de si la carrera que eligió y el trabajo que tiene en la actualidad, fue una decisión correcta y que se plantea nuevos retos, pero que está jodida porque no sabe la respuesta a todas esas dudas y que la gente que la rodea no entiende como una persona que siempre regalaba sonrisas, ahora regale gestos serios.

· Que hay gente que después de muchos años, se decide a empezar a estudiar una carrera de 5 cursos con 25 años porque es su vocación y que los demás la admiran por ello.

· Que se pueden querer un tío calvete y grande, con tanto corazón como volumen corporal y un pequeño ser de ojos claros que vive en la Siberia palentina y que sus amigos están más felices que ellos de ver a dos seres increíbles juntos.

· Que hay licenciados que son felices levantándose a las 4 de la mañana para repartir dulces por los establecimientos de una ciudad y que sus amigos están más orgullosos de el que si tuviera un puesto de funcionario de 7.000 €/mes

· Que hay gente que después de 28 años vive con un amigo de la infancia.

· Que hay gente que ha superado a base de lágrimas y cojones una ruptura de una relación de 4 años.

· Que hay gente que un cabrón infiel le ha hecho pasar malos momentos, pero que ahora le espera en un sofá y que se da cuenta de que le quiere un montón y que querer a alguien es algo no sólo muy bonito si no necesario.

· Que hay gente que es ingeniero y que vive con su novia en una ciudad que antes olía mal y que se les ve felices.

· Que hay ex futbolistas que se hacen camareros y quieren a su perro como a una persona porque, entre otras cosas, tienen un corazón que no les cabe en el pecho.

· Que hay gente que acoge en su casa a quien cree puede cambiar su vida para bien, aunque Nueva York está muy lejos.

· Que hay gente que va a vivir a Madrid, porque allí está lo que da sentido al resto de las cosas y que sus amigos brindaron por ello aunque eso suponga que no le vean casi nada, porque vivir en Madrid significa que no le verán jodido, que eso si duele.

· Que hay gente que no sabe qué hacer cuando la persona a la que más ha querido nunca, regrese a España y puedan volver a coincidir.

· Que hay gente que tiene su amor en Turquía y que no se resigna a que sea imposible.

· Que hay gente que recuerda a otras personas porque llevaban una camiseta de color lila.

· Que hay gente que después de años estudiando aquello que no quería, se dedicó a hacer aquello que le llenaba y que curra en un trabajo que no es lo que quiere, pero que tiene los huevos de seguir para delante y seguir buscando aquello que le guste, perdido en ciudades grandes como una capital.

Esta gente es especial, lo es y mucho, porque son gente cercana y porque todas y cada una de ellas tienen algo único, porque hay características que los hacen especiales, porque estos que aparecen aquí y otros muchos que no aparecen, son los que me acompañan, los llamo amigos porque soy incapaz de recordar tantos nombres, debido a que antes escuchaba poco.

A todos ellos y al que quiera, deciros que aprovechad ahora que tiene mucho tiempo el jeta ese que está de año sabático, que cabronazo, porque ahora habla menos, escucha más y al final siempre da un buen consejo. Esto último no es virtud mía, es que, la gente de la que me rodeo hace las cosas tan bien y son tan buenas en sus actos, que simplemente aconsejo a una persona lo que he visto o me ha dicho otra.

Decía el maestro: “Lo bueno de los años es que curan heridas, lo malo de los besos es que crean adicción” y yo parafraseándole diré que “Lo bueno de tener mucho tiempo libre es que te das cuenta de la gente que tienes alrededor y de las cosas que merecen la pena y lo malo de las personas que conoces y que te sorprenden y que te hacen pensar, es que no sabes si dejar que sea tu amigo y fingir que no hay más sentimiento que ese o decirle que tienes mucho frío en los pies por las noches y que si no le importaría calentarlos contigo”.

Hay una frase que me tiene loco últimamente y que pienso seguirla en lo medida de lo posible: “Llegarás cuando vayas, más allá del intento”, ved el video, lo entenderéis, total si habéis llegado aquí ya habréis perdido muchos minutos de vuestra vida, aprovechad los 5 siguientes…

PDTA: En breves actualización de la teoría de los 2 metros, ya lo siento amigos postes.