17 octubre, 2006

La vida .... un viaje en tren.

Hace ya bastante tiempo que debo una reflexion a este blog, podría gastar unas líneas en poner excusas que incluso podrían quedar convincentes, sin embargo, no lo haré esta vez, no siempre poner excusas es mejor que decir la verdad, aunque esta te escupa a la cara aquello que estás haciendo mal.
En fechas relativamente recientes, un amigo, un muy buen amigo, andaba ciertamente dubitativo sobre que le depararía su futuro más próximo y las consecuencias de este en el medio y largo plazo. Mantuvimos una extensa conversación, una de esas conversaciones casuales, no buscadas, no una de esas conversaciones que se tienen cuando decimos: "Tenemos que hablar", que al final están vacías de contenido y llenas de palabras huecas muy bien dispuestas y de tópicos absurdos, no. Una conversación como decía otro gran amigo, de las que se tienen al calor de un vaso de vino. Hablando del bien y del mal, del sexo de los angeles, del sexo nuestro que se asemeja al de estos cuantitativamente (y por desgracia), de como nos iba y como nos va a ir etc. surgió una analogía de la vida que me sorprendió a mi mismo, que fui la persona que la expuso.
Le explique que la vida es como un viaje de tren. Obviando lo dicho en esa conversación, ya que es de caballeros y de personas con dos dedos de frente (4 o 5 en mi caso) nunca desvelar el contenido de conversaciones personales, ampliaré aquella analogía que creo acertada y que tengo la necesidad de compartir.
Es más que obvia la similitud que podemos sacar entre la vida y un viaje en tren ya que ambos tienen un principio y un final marcados y que lo que los diferencia, no es la estación de salida y llegada, si no el tránsito y todo aquello que dejamos atrás o nos queda por descubrir. Hay 4 aspectos que considero los primordiales: Máquina, Información al viajero, Velocidad y Cambios de Vía.

Es importante, el tener buena máquina, como bien podemos deducir no es lo mismo ir en un regional que en un talgo, no obstante, esto no nos asegura un mejor viaje, ni siquiera el llegar antes, nos hace ir más cómodos eso sí, pero nadie ha dicho que lo cómodo sea más placentero. En nuestra vida cuando nacemos se nos asigna una máquina, unos tienen la suerte de tener un talgo, otros un AVE y otros un regional, traducido sería el tener una casa de 80 o 200 m2, un coche de 1.000.000 o de 5.000.000 de pesetas o tener criada o no, pero esto no altera el trayecto, este tiene salida y final y es independiente del tren en el que viajemos, la máquina es accesoria, como debería ser en nuestra vida, el tamaño de nuestra casa, el precio de nuestro coche, en definitiva, el dinero. Como podemos observar, el tipo de máquina no deja de ser una anécdota en lo que un viaje supone.

Por otro lado esta lo que podríamos definir como: "Información al Viajero". Haciendo la traducción a nuestra vida serían básicamente nuestros padres y el entorno que al principio de nuestra vida nos rodea. Hay varios tipos los resumiré en 4 grandes grupos, aunque seguro que hay muchos mas.
- Está el tipo cerrado, esa ventanilla que cuando tienes dudas siempre está cerrada y no te resuelve los problemas que hacen que tu viaje comience con incertidumbre.
- Tipo pasota, que es ese funcionario que está porque tiene que estar, pero que lo que quiere es quitarse de encima al viajero que le viene a preguntar e irse a casa pronto.
- Tipo sincero, que es aquel que aun no sabiendo como te puede ayudar, que no teniendo las respuestas a tus dudas, intenta ayudarte eso sí con tu propia complicidad y tu propio esfuerzo
- Tipo encantador, es el que antes de llegar te pone una sonrisa, en cuanto le preguntas te contesta, te anima a que cojas este u otro viaje y te dice : "Vuelva cuando quiera, muchas gracias"
Esto si es algo importante en nuestro viaje, en nuestro devenir, ya que una buena información, una buena formación, puede hacernos elegir bien el viaje, pero aún siendo así no es vital, ya que para viajar muchas veces no es imprescindible saber con exactitud de antemano , que nos vamos a encontrar y aunque lo sepamos no nos asegura que cojamos el camino correcto.

Ya tenemos tren, ya tenemos información mucha o poca, y ahora nos toca empezara viajar. Llega el momento de elegir la velocidad a la que queremos ir. Este factor también es importante, puesto que es tan malo llegar tarde como llegar pronto, ya que en alguna estación molestaremos a otro tren y tendremos que parar y esperar. En nuestro crecimiento y en el hecho de quemar etapas o estaciones, si tenemos prisa por llegar a ellas, lo único que conseguiremos, es crear caos a nuestro alrededor y al final lo que hará es que o tengamos que esperar en una parada nuestra hora de salida o nos estrellemos. También es malo ir con retraso, pero un mal menor ya que esto puede hacer que aunque tarde, hayamos disfrutado más de los trayectos entre parada y parada. Así que es importante coger un buen ritmo y si por lo que sea tenemos que perderlo, que sea para ir más lentos, el viaje es largo y hay que disfrutarlo, hay que hacer con 10 años cosas de 10 años , con 14 de 14 y asi sucesivamente, porque llegar a la estación del sexo, alcohol, triunfo, amor, dinero, amistad, etc. no es mejor por llegar antes o el primero.

Y llegamos a lo verdaderamente importante de un viaje de tren, los cambios de vias. Estos si son realmente trascendentales, estos nos harán ir por uno u otro camino que sólo el final nos dirá si estabamos o no equivocados, es lo que en nuestra vida se presenta como decisiones.
Los cambios de via, son traicioneros, porque como he dicho no sabes donde te van a llevar y es fundamental, estar seguros de que nos llevan al camino correcto, sin obviar que hay muchos recorridos que nos llevan a la estación final elegida. Es aqui donde entran los factores antes descritos.
- Si tenemos una buena máquina, esta nos ayudara a tomar los cambios de vía con mayor facilidad, sin traqueteos bruscos y sin casi darnos cuenta, si tenemos otro tipo de maquina, quizá nos cueste más pero a veces ese golpeteo del tren al entrar en una vía que sabes que es la correcta, da un sentimiento de seguridad y tranquilidad de saber que ese es el camino bueno que reconforta aún mas.
- Si nos han informado correctamente, dudaremos menos a la hora de elegir entre uno y otro camino, y posiblemente no nos equivoquemos. En el caso de que la información nos haya sido dada sesgada o no se nos haya dado, no es motivo para errar, si no que tendremos mas dudas, pero siempre habrá personas en el tren a los cuales si pedimos consejo, nos digan por donde hemos de ir.
- Si la velocidad es la adecuada, veremos con suficiente antelación el cambio de vías y tendremos el tiempo suficiente para decidir por donde tirar, sin embargo si vamos rápidos posiblemente nos pasemos el cambio o no nos de tiempo a reflexionar que camino habríamos de haber tomado y nuestra posibilidad de éxito se reducirán ostensiblemente. Si por el contrario vamos lentos, quizá dudemos demasiado y todo ese tiempo para elegir el camino a recorrer nos haga acrecentar nuestras dudas y por tanto disminuir nuestras posibilidades de éxito.

Ya tenemos casi todas las cosas fundamentales de un viaje, ahora unos consejos para el viajero:

- Lo importante es llegar.
- Si te has equivocado al elegir el camino en una cambio de vía se puede volver al correcto, siempre y cuando en vez de echar la culpa al tren, al maquinista, al revisor o a la bomba navarro, seas consciente de que ese no es el camino y en el siguiente cambio elijas el correcto.
- Que hay muchos y diferentes recorridos para llegar al mismo sitio y que lo interesante es que cada uno elija el suyo y no sea comparsa del viaje de otro.
- Desconfía de los caminos rectos y en fila blanca, suelen llevarte a los peores sitios y a las peores estaciones finales, no hay mejor trayecto que el que tiene curvas, sobre todo si alguna de ellas es de un par de tetas y un señor culo.
- No te bajes nunca en marcha del tren, no tiene sentido, no es que sea de cobardes, maricas, niñas, suicidas, simplemente es de gilipoyas, no sólo te quedarás sin viaje si no que puedes modificar el viaje de otros trenes.
- Es indiferente de que vayas disfrazado para hacer el viaje, llega al mismo sitio, un albañil, un ingeniero, un pintor, un jugador de baloncesto o una prostituta, siempre y cuando sepas elegir el camino.
- No importa el dinero que lleves, al final del viaje todo aquello que compraste no te dejarán bajarlo del tren, te entrentendrá eso sí, pero posiblemente te pierdas los paisajes que pasan por tu ventana o las conversaciones con los demás pasajeros.
- Si no sabes que cambio de vía elegir, pregunta. Siempre habra alguien que haya hecho ya ese cambio de via y te dirá que camino elegir o cual no elegir.
- Se tu mismo, el revisor sabrá si le estás mintiendo.
- Si hace mal tiempo, no desesperes, el viaje es largo y seguro que eligiendo bien, saldras del nubarrón y verás un valle precioso y el arco iris te iluminará.
- Ve a la cafetería a hablar y saber que dice la gente de los lugares por los que vas a pasar, sentado en tu asiento viendo pasar postes de la luz a toda velocidad, sólo te aburrirás y no disfrutarás del viaje. Pero ve a hablar sin prejuicios escucha lo que dicen y si ya has pasado por alguno de los sitios de los que se hablan, da tu opinion, no la impongas, al fin y al cabo, cada uno por su ventana ve lo que quiere ver.
- En alguna estación alguien te pedirá subir a tu tren o que tu subas al suyo, elige bien, no te equivoques, ya que si fallas tendrás que bajarte en la siguiente estación y te quedarás sentado en el andén como la Penelope de Serrat. Si eliges bien con quien o a quien subir el viaje se te hará tremendamente placentero y feliz.
- No olvides jamás lo que te dijeron los que te informaron del viaje, ellos probablemente lleguen antes que tu al final del trayecto, y si no les recuerdas permanentemente y se te olvidan sus consejos , te costará mucho llegar o simplemente te estrellarás.

Estos son algunos consejos, cada uno tendremos los nuestros.

Para acabar con tanto lío de viajes, vías, trenes, etc. Diré que mi viaje está siendo perfecto. Me tocó un regional, de los buenos pero regional, no me importó. Como no me quedé impresionado con la tarima, ni los asientos, ni la tecnología, he disfrutado mucho más de los paisajes. Elegí la velocidad correcta, a veces un poco lenta pero segura, no me he saltado ninguna estación y a ninguna he llegado tarde. De la información de viaje no puedo estar más orgulloso, me dijeron por donde no ir, pero me explicaron que yo tenía que encontrar las vías buenas, sin miedo, sin dudas, me dijeron que si me perdía ellos me irían a buscar donde fuera, que si cogía una vía mala, ellos me dirían que por ahi no se iba, quien lo iba a decir de aquel señor gordito y calvo y de aquella señora guapisima del culo gordo (ancha de caderas decía ella), me ha sido muy fácil coger los caminos correctos, a ellos les debo todo y sin ellos a lo mejor habría descarrilado hace ya tiempo. Desde no hace mucho, los llamo no para preguntarlos que camino coger si no simplemente para decirles que el viaje me va bien, ya no les pido consejo, me hago el duro y les digo que ya se yo que camino es el correcto, pero los miento, estoy cagado como siempre y en cada cambio de via los llamo, porque se que ellos me aconsejarán cual es el camino a seguir y también se sin lugar a dudas que ese trayecto es el que debo seguir, GRACIAS.
Ahora circunstancialmente voy solo en el tren, no pasa nada, pronto llegará la próxima parada y se subirá mas gente, gente que no conozco y gente que ya ha montado alguna vez conmigo, pero de vez en cuando asomo la cabeza por la ventana y veo lo que he recorrido y veo las estaciones de Palencia y Burgos, de Ávila y de Béjar, de tantos sitios en los que he estado y de la gente con la que he compartido viaje, cuando recuerdo todo esto, cuando miro atrás y veo todos los momentos pasados, todas las estaciones visitadas, todas las conversaciones tenidas, los polvos echados y no echados, los ratos buenos y malos, las tristezas y las alegrias, cuando veo a mi familia y a mis amigos, se que no me he equivocado jamás de vía. Gracias por hacer de este viaje algo feliz.